Un día cansado y enojado la miré fijamente a los ojos y le dije: "¿Sabes qué? Tenemos que hablar. ¿Por qué me persigues a todo lugar? ¿Por qué no te vas de mi vida y me permites ser feliz? ¿Por qué eres tan cruel y me causas tanto dolor? ¿Qué mal te he hecho yo para que me castigues de esa manera?"

Ella, como toda una hermosa y fina dama, me miró con ternura y paciencia. Abrió sus bellos labios rojos y con dulce voz me dijo: "Ángel, no soy tu enemiga. He sido enviada por el Padre celestial para enseñarte muchas lecciones importantes de vida. Estoy aquí para que te des cuenta quiénes son tus verdaderos amigos, familia, hermanos. El profundo dolor que quema tu alma es un fuego que te purifica y te hace más noble y sensible a la vida. Las lágrimas que a raudales salen de tu alma son una especie de río que va apartando las impurezas de tu corazón. Ángel, amigo mío, todo tiene un propósito".

Su mirada hipnotizante y sus palabras sabor a miel impregnaron mi existencia de paz. Sus palabras sabias explotaron mi mente y cambiaron mi visión sobre ella. Ya no la detestaba. Ya no le temía. Comencé a conocerla y a entenderla. Y ahora mírenla aquí: ¡Juntos caminamos tomados de la mano hacia la Esperanza!

¡Un abrazo de paz!

Sígueme en Instagram y Tik Tok como: Gente positiva Vzla.

Prof. Ángel Espinoza

angelalexander11@hotmail.com